mar
25

Cambiando para correr

Author Angel    Category Uncategorized     Tags

Actualmente correr distancia es una forma de ejercicio y de recreación, pero su origen puede ser tan antiguo como el género humano.

Existen varios estudios en los que se señala la relevancia que tuvo en la evolución de la humanidad el poder caminar; sin embargo, poco se sabe sobre el papel que tuvo el correr largas distancias. Es un hecho que el cuerpo de los primeros homínidos cambió de manera drástica permitiéndoles correr. Observar los cambios anatómicos y fisiológicos que han ocurrido desde la aparición de los primeros homínidos, no es sencillo; la evidencia fósil es poco confiable cuando se trata de estructuras blandas como los tendones.

El Australopithecus carecía del tendón de Aquiles y apareció por primera vez en el género Homo 3 millones de años después. El tendón de Aquiles permite la acumulación de energía, así como la absorción del impacto al correr. Así, el aumento en la longitud del tendón permite correr mayores distancias y disminuir el desgaste de los huesos.

Otras estructuras especializadas para poder correr distancia incluyen un sistema de “resortes” tanto en piernas como en pies que almacenan y liberan energía al correr, la hipertrofia del glúteo mayor y el desarrollo de músculos espinales que al contraerse estabilizan el tronco.

Las piernas son fundamentales para poder correr y las piernas largas brindan una gran ventaja cuando se trata de abarcar distancia. El Homo erectus, fue el primer homínido con piernas lo suficientemente largas como para correr; su longitud era 50 % mayor que en el Australopithecus afarensis.

Otro aspecto importante que facilitó el correr fue la aparación de mecanismos de disipación de calor como la sudoración, la eliminación de pelo y los sistemas de enfriamiento craneal.

También es un hecho que correr produce mayor impacto en los huesos que caminar. Sin embargo, a lo largo de la evolución las articulaciones adquirieron mayor superficie permtiendo distribuir mejor la fuerza del impacto. La cabeza del fémur y la rodilla tenían mayor área en el Homo erectus que en el Australopithecus.

Otro aspecto importante al correr es el equilibro. Los canales semicirculares, donde se alojan las células sensibles al movimiento en el oído, aumentaron de tamaño facilitando la estabilización del cuerpo.

Posiblemente usted haya corrido un maratón en 3 horas; o tal vez 5k en 25 minutos, pero tal vez no se había percatado que para poder hacerlo, se requirió de millones de años de evolución.

Referencia:

Bramble D.M. & Lieberman D.E. 2004. Endurance running and the evolution of Homo. Nature. 432: 345-352

Post comment


4 − tres =

Carrera D�a del padre Carrera D�a de las madres Carrera D�a del ni�o Carrera del Pavo Carrera Bosque-Viveros
S�guenos en  Twitter! S�guenos en  Facebook! S�guenos en  Flickr! S�guenos en  Youtube!